Descendían escarchas nacaradas
desde la boca del negro cielo;
chispeantes momentos
de ebrios violentos.
Bajaban serafines en toboganes
regando ramilletes de ilusiones,
burlándose de quien no tiene alas
de los que no rozan las nubes.
La cabeza recostada
sobre el verde césped del parque;
sus ojos penetrando en la oscuridad
no perdían detalle.
La última gota de licor
le grita al borracho ¡Me muero!
Se aferra al vientre de la botella
y muere en labios de fuego.
Descansa sus ojos
y sin embargo no duerme
toda da vueltas en su interior
sus lágrimas le acarician las sienes.
PcWolf.